Entrevista al profesor Gustavo Piérola (Parte I)
-¿Cómo se vincula la familia Piérola con el Atlético Echagüe Club?
– Mi abuela Celestina vivía en la calle Irigoyen entre Alem y la Av. Echagüe. Allí crió a ocho hijos e hijas trabajando como costurera de la Fábrica Alpargatas que estaba en Bajada Grande. Todos y todas tuvieron que ver con el nacimiento del Atlético Echagüe Club ya que eran parte de la barriada que fundó el club en la Av. Echague N° 5 primero, luego en el N° 45 de la misma avenida y finalmente en la calle 25 de mayo donde funciona actualmente. Carlos Piérola, el mayor de los hijos fue el primer Presidente. La Primera reunión oficialmente constitutiva del club se realizó en la casa de Celestina. Mi padre se casa con Amanda Mayor y tienen seis hijos e hijas y construyen su casa en la calle 25 de mayo a una cuadra del club. Toda la familia fue de por vida socios del club. Mi padre Héctor Piérola fue Presidente en dos oportunidades y mi hermano Álvaro en una oportunidad.
-Usted practicó numerosos deportes en el club, incluso hoy algunos sin continuidad. Por cuál empezó y qué breve reseña de cada uno puede hacer teniendo en cuenta su participación.
– En el club, normalmente todos y todas practicábamos la mayoría de los deportes que allí se realizaban. En mi caso practique la natación inicialmente. Luego el básquetbol llegando a la Primera División del club y a la Selección Entrerriana. Practiqué Judo en los inicios de esta actividad con el Profesor Vivas. Jugaba recreativamente a la Pelota a la Paleta hasta que desapareció la cancha para la construcción del estadio Luis Butta, luego a la Pelota a Mano, hasta que en la década del sesenta aparece por el club el Sóftbol y representé al club en Básquet y en el Softbol hasta integrar la selección Argentina en este deporte que indudablemente es la disciplina que más logros le ha dado a la ciudad de Paraná.
-En 1983 ingresa a trabajar como empleado administrativo en la institución por lo que fue testigo de numerosos eventos históricos. Sólo por mencionar uno, ¿Echagüe fue “la casa donde se creó la Liga Nacional de Básquet”?
– En 1983 regresé del exilio en Brasil. Yo me había recibido de Profesor de Educación Física en Buenos Aires en 1975 y dentro de la profesión me apasionaba mucho el área administrativa y organizativa del deporte y especialmente en los clubes. Esta inquietud la adquirí trabajando unos años en el Club Náutico Hacoaj de Buenos Aires donde aprendí mucho de esa organización institucional. Luego en San Pablo, Brasil también me perfeccioné en esa área. El crecimiento de Echagüe ameritaba incorporar a la administración la figura del Gerente por lo que me incorporo a esa función en diciembre de 1983 en la presidencia de uno de los dirigentes que más le dio a la institución: Edien Cipriani.

– Echagüe tuvo y tiene muchos deportes de mucho valor pero la Natación y el Básquetbol han sido pilares de la institución durante décadas. En el caso del Básquetbol, sí, Echague fue cuna de la Liga Nacional de Básquet de la mano de su gran mentor junto con León Najnudel: Orlando “Chungo” Butta. Desde 1984 – año de transición – Echagüe no ha dejado de participar en este gran evento nacional y por tal motivo la institución es conocida nacional e internacionalmente. La cantera de Echagüe no ha dejado de incorporar jugadores en diferentes clubes del país.
-Sin menospreciar los otros deportes y sus logros, no hay dudas que a Echagüe se lo identifica con el básquet. Es toda una hazaña que Echagüe tenga 39 ediciones ininterrumpidas en la Liga Nacional teniendo en cuenta el carácter social del club.
– Desde mi opinión personal y profesional considero que los clubes nacieron en nuestro país gracias a una herencia europea que vino con la gran inmigración. Desde su formación, esa herencia se basaba en lo deportivo pero muy profundamente en lo social. Los clubes son y deben ser lugares especialmente de formación humana y deben basarse fundamentalmente en ese aspecto. Así lo consideraron quienes fundaron Echagüe. El deporte profesional, como es el caso del básquetbol en Echagüe, muy resistido en aquel inicio de la Liga nacional, debe ser una actividad o espectáculo deportivo de alto nivel que genere recursos para el crecimiento del club en infraestructura, crecimiento deportivo y formación de nuestros jóvenes. Si así no ocurre, no cumple con las expectativas y necesidades institucionales.

-¿Cómo es la vida, en rasgo generales, de un “empleado del club” teniendo en cuenta que los que vamos a los clubes por recreación muchas veces esas personas nos pasan desapercibidas pero son quienes hacen que la institución funcione y se presente disponible.
– En un organigrama institucional existen roles y funciones. No hay dudas que es la Asamblea el máximo organismo que dirige un club y es la Comisión Directiva la que debe administrar políticamente los objetivos y metas propuestos. Luego están felizmente las Subcomisiones Deportivas y dependiendo de la organización, los diferentes Departamentos que conforman ese organigrama.
– Los empleados de un club, ya sean administrativos, de mantenimiento o deportivos, son la base indiscutible del funcionamiento de la institución. Como vos mencionas, en la generalidad son funciones desapercibidas pero especialmente no valoradas en su real magnitud de responsabilidad. Muchos dirigentes erróneamente creen que porque los empleados tienen un contrato laboral de intercambio trabajo por sueldo con el club, no deben participar en las decisiones y solamente deben cumplir con lo que se les indique, sin valorar y aprovechar constructivamente a esas personas que pasan la mayor parte la jornada aportando a ese funcionamiento y a la atención de los asociados. Existe un factor que se denomina motivación laboral y está directamente relacionado con la participación y compromiso con el club de esos empleados a través de esa motivación participativa y sumamente eficaz.
– A partir del enorme libro que escribe surgen muchísimas historias ignoradas por la mayoría de los paranaenses, incluso por los simpatizantes y socios de Echagüe. Para empezar, ¿por qué se le ocurrió encarar un libro histórico con pequeños relatos ficcionales de personajes reales?
– Mi afición por la lectura viene de larga data y por la escritura no tanto. Siempre me parecieron oportunas y memorables aquellas personas que a través de la memoria cuentan nuestra historia. Ya sea a través de novelas, cuentos o relatos para dejar a las presentes y futuras generaciones pedacitos de la vida cotidiana de una ciudad o en este caso de un club me parece muy positivo. Este proyecto comenzó con charlas sobre el tema de la historia del club y la necesidad de “escarbar” en el tiempo buscando diarios, fotos y entrevistando a socios para que nos cuenten sobre la rica vida del club. Así nos iniciamos con dos socios del club: Alberto Espíndola y Guillermo Lener. De esas entrevistas y de anécdotas que perduran en el tiempo fueron surgiendo estos cuentos y relatos que profundizan en el interior del club y lo elevan socialmente valorizándolo como se merece. También fue un gran aporte documental al libro, la revista de los 50 años del club.
– Si vamos con una historia particular, cuáles son las circunstancias que hicieron que numerosos circos se instalen el club para vender sus funciones y donde aparece la figura del “oso boxeador”.
– Los circos fueron parte de una cultura popular que se hizo presente en forma constante en nuestra sociedad en el siglo pasado. La dirigencia de Echagüe, en aquellos inicios del club, voluntariosa y visionaria, ofrecía sus terrenos libres sobre calle Urquiza para que se instalen los circos que llegaban a la ciudad y así generar recursos extraordinarios que sin lugar a dudas aportaron al crecimiento de la entidad.
– El “Oso boxeador” fue uno de los números que ofrecía el circo y que era de gran atracción de chicos y grandes, más aún que en el club, el boxeo fue uno de los deportes principales en aquella época.
– Hay eventos que marcaron a fuego la historia del club en el aspecto social: qué puede decirme de los carnavales que se organizaban.
– En el libro hay varias anécdotas sobre los grandes Carnavales Echagüenses. Durante muchos años el Rey Momo vistió de fiesta el club y la ciudad toda se dirigía a calle 25 de mayo a disfrutar por varios días seguidos este gran evento. Los Carnavales fueron indiscutidamente una de las principales fuentes de recursos para las grandes obras que se generaron en el club. Cientos de socios echagüenses trabajaban en organización, cantinas, limpieza, etc. regalándole a la entidad su esfuerzo y su tiempo. Eran épocas de mucha participación, compromiso y alegría social.

– ¿Y de los espectáculos folklóricos?
– En 1969, meses previos a la inauguración del Túnel Subfluvial, Mario Matheu, Intendente de Paraná y gran deportista, pensó en acompañar esta primera comunicación de la provincia por vía terrestre con un espectáculo acorde. Lo convocó a Oscar “Cacho” Maffey para que organice un gran espectáculo folklórico en la ciudad. Así lo hizo y se realizó con gran éxito en el Club Atlético Belgrano. Pasado ese 13 de diciembre de 1969 y el Túnel ya inaugurado, Cacho Maffey, dirigente de Echagüe le propuso inmediatamente continuar ese evento y realizarlo en el propio Echagüe. Fue así que durante 12 años consecutivos los Festivales Folklóricos le dieron al club, conjuntamente con los Carnavales, la posibilidad económica de realizar grandes obras como el Salón Social, administración, gimnasio y fundamentalmente el Estadio “Luis Butta”, orgullo de echagüenses, paranaenses y entrerrianos.
Próximamente la segunda parte de la entrevista.